Con una extensión que supera los dos millones y medio de metros cuadrados (aproximadamente cinco veces más que España) y la agricultura y ganadería como dos de los motores principales de Argentina desde su independencia, los trabajadores del campo siempre han sido uno de los sectores más importantes en el país sudamericano.
Y para recorrer las amplias extensiones de terreno de Argentina, los vaqueros argentinos o gauchos siempre han confiado en un animal que no solo les ha facilitado su trabajo, sino que simplemente ha hecho posible sus labores agropecuarias: el caballo. Por eso este animal junto a los gauchos, son tan importantes dentro del folklore y las costumbres argentinas.
Básicamente, cualquier función que tenga que ver con el trabajo en el campo y el ganado. Estas personas siempre han estado relacionadas con los caballos ya que una de sus funciones principales es adiestrarlos. Este animal es fundamental para poder llevar a cabo su trabajo en el campo, ya que como usualmente los gauchos crían ganado vacuno, los caballos son de gran ayuda en sus labores diarias.
También se les puede ver constantemente bebiendo mate. Es cierto que el mate es una bebida que toman prácticamente todos los argentinos, pero en el caso de los gauchos, probablemente lo hagan con mayor frecuencia.
Aunque durante muchos años han sido discriminados por el tipo de vida que llevaban, principalmente por estar alejados de ciertas normativas sociales, desde hace algunos años la sociedad ha comenzado a reconocer sus aportaciones a Argentina. Ya que, si el país ha llegado a posicionarse como una referencia mundial en la ganadería y la agricultura durante el siglo XX, mucha culpa de ello la tiene el trabajo de miles de gauchos durante los siglos anteriores.
Muchas veces se asocia la cultura gauchesca únicamente al género masculino, pero hay que reconocer que los gauchos no son exclusivamente hombres. Las mujeres también han sido representativas de este sector de la sociedad argentina, aunque su representación ha sido mucho menor que la de los hombres.
A las mujeres gauchas se les conoce como ‘chinas’ o ‘paisanas’ y se caracterizan por sus largas trenzas de cabello oscuro; además de usar unas tonalidades en la ropa muy parecidas a las que usan los hombres en sus prendas.
En muchas ocasiones provenían de comunidades indígenas y por eso se les comenzó a llamar ‘chinas’. Siempre se ha dicho que son un reflejo de la paciencia en sí mismas, ya que pasaban largos periodos de tiempo solas mientras los hombres recorrían las llanuras argentinas cuidando y criando ganado vacuno, su principal fuente de sustento.
Las mujeres gauchas vivían en humildes construcciones conocidas como ranchos en las que destacaba la simplicidad, ya que se trataba de estancias muy básicas sin ventanas ni chimenea en las que todo giraba alrededor del fuego. Estas casas apenas tenían mobiliario.
Sus labores se centraban en el cuidado de los hijos y ocuparse de labrar la tierra, donde sembraban verduras y vegetales. También se encargaban de tejer tanto la vestimenta de los hombres, como de las mujeres.
Por último, hay que señalar que buena parte de la importancia de los gauchos en la sociedad argentina se encuentra en el rol básico que tuvieron entre 1810 y 1825 durante la Guerra de la Independencia Argentina.
Uno de los primeros levantamientos contra la corona española estuvo formado por un ejército de gauchos que ayudó a derrotar a los realistas para formar el primer gobierno federal en Argentina.
Aunque los gauchos ahora se han modernizado, siguen siendo una parte muy viva de la cultura argentina.